En el día de hoy, contaré la historia de un jugador que si no hubiera metid ese gol, habría sido uno más de los tantos que usaron la banda en el pecho. Ricardo Ismael Rojas nació un 26 de enero de 1971 en Posadas, Misiones. Empezó en las divisiones inferiores del modesto club de Paraguay, Cerro Cora. Debutó en primera división con Libertad de Paraguay en el año 1993. Permaneció allí 2 años, participando en 67 encuentros y marcando un gol de cabeza. Pasó ese año al Club Estudiantes de la Plata, donde tendría un gran nivel como lateral izquierdo. Gracias a ese gran nivel, fue convocado por primera vez a la selección, pero a la paraguaya en 1996. En 1998 fue convoc.ado al Mundial de Francia 98. En 1999 por su gran juego es trapasado a su único club en Europa: el Benfica de Portugal. Permaneció allí 3 años, hasta que Ramón Díaz lo pidió para su club, River Plate. En ese club le esperarían 68 partidos y 1 gol. De ese gol, les contaré. Corría un superclásico el día 10 de marzo de 2002. River ganaba 2-0 con goles de Cambiasso y Coudet. Faltaban dos minutos para el final. boca iba a buscar el descuento. Tapa un centro Rojas, y se va corriendo por la banda izquierda. Se la pasa a D'Alessandro. Este deriva en Ortega. El burrito se la pasa por arriba a Rojas, quien había empezado la jugada. El lateral ve adelantado al arquero, y no ve alguna otra posibilidad que picarla. La vaselina fue perfecta, y fue un golazo. Bajo la lluvia, Rojas y sus compañeros festejaban un golazo, que en realidad solo sirvió para sentenciar partido, pero que será siempre recordada. Después de ese gol, Rojas se metió en todos los corazones riverplatenses, y fue apodado "Vaselina". Se quedó en nuestro club hasta 2006, cuando decidieron no renovarle el contrato. Se fue a Belgrano de Córdoba, donde se retiró. Hoy, vive tranquilo en su huerta de Posadas, pensando en un gol que lo marcó por siempre...
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